viernes, 9 de marzo de 2018

Infarto Agudo de Miocardio (Paro Cardiaco)



Según el (Dr. Antonio Fernández-Ortiz, s.f.) “El infarto agudo de miocardio, conocido también como ataque al corazón, es la necrosis o muerte de una porción del musculo cardiaco que se produce cuando se obstruye completamente el flujo sanguíneo en una de las arterias coronarias. Infarto significa ‘necrosis por falta de riego sanguíneo con agudo se refiere a ‘subito’, con mio a ‘musculo’ y con cardio a ‘corazon’.”
Resultado de imagen para Infarto Agudo de Miocardio (Paro Cardiaco)Desde el punto de vista de la atención clínica, el infarto agudo de miocardio reúne todos los requisitos para ser considerado una verdadera urgencia médica. Las manifestaciones del infarto aparecen de forma súbita, y el riesgo de muerte o complicaciones graves a corto plazo es elevado. Además, la eficacia del tratamiento va a depender, en gran medida, del tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta su administración.

Causas del infarto agudo de miocardio

“La enfermedad que subyace tras el infarto agudo de miocardio es, de forma casi invariable, la arteriosclerosis avanzada de las arterias coronarias”. (Dr. Antonio Fernández-Ortiz, s.f.)

El musculo cardiaco necesita constantemente de un abundante suministro de sangre rica en oxígeno para llevar a cabo la tarea del bombeo de sangre, suministro que le llega a traves de la red de arterias coronarias.

Si el musculo cardiaco carece de oxígeno y nutrientes durante demasiado tiempo, normalmente más de 20 minutos, el tejido de esa zona muere y no se regenera, desarrollándose así un infarto agudo de miocardio. La formación del trombo que ocluye la luz de las arterias coronarias suele ser independiente del grado de obstrucción que la placa de ateroma haya provocado previamente en dicha luz. Esto explica por qué muchos pacientes no presentan ningún síntoma antes de sufrir de forma aguda e inesperada un ataque al corazón.

Las placas de ateroma que no obstruyen de manera significativa la luz coronaria pueden pasar durante anos inadvertidas, y la enfermedad arteriosclerótica puede no ser reconocida hasta el momento brusco de la rotura de la placa y la oclusión completa del vaso, con la subsiguiente aparición del infarto agudo de miocardio. Además de la arteriosclerosis y la trombosis de las arterias coronarias, otras causas de infarto agudo de miocardio son extraordinariamente raras.

Forma de distinguir el infarto agudo de miocardio de otros problemas torácicos graves

“El dolor del infarto permite en la mayoría de los casos sospechar el diagnostico, pero a veces se puede confundir con otros procesos clínicos que provocan también dolor torácico, algunos de los cuales pueden ser de extrema gravedad”. (Dr. Antonio Fernández-Ortiz, s.f.)

 Problemas digestivos, como el reflujo gastroesofágico, pueden ocasionar dolor torácico, pero este suele ir acompañado de ardor o  quemazón, en ocasiones con regurgitación de alimentos o ácidos hasta la garganta. Suele tratarse de molestias relacionadas con la ingesta y se alivian al incorporarse con antiácidos.
El inicio del cuadro puede producirse mientras la persona permanece en reposo, o incluso mientras duerme, provocando su despertar. También podría aparecer, aunque es menos frecuente, después de realizar un ejercicio, pero cuando este se interrumpe no desaparece el dolor (a diferencia de la angina de pecho).
Signos y Síntomas
·         Dificultad para respirar.
·         Sudoración.
·         Palidez. 
·         Mareos en el diez por ciento de los casos.
·         Otros: Pueden aparecer náuseas, vómitos y desfallecimiento.

Es importante destacar que una parte de los pacientes sufren el infarto de manera sensación de falta de aire o ahogo, silenciosa; es decir, que no presentan el cuadro anteriormente descrito y el diagnóstico se establece de manera tardía al realizarles pruebas por cualquier otra razón. En otras ocasiones, como ocurre en los ancianos y diabéticos, el dolor que aparece no presenta las características típicas, retrasando muchas veces el diagnóstico de infarto.
En algunas personas, la primera manifestación del infarto es la  acompañándose o no de dolor torácico. Hay también un pequeño grupo de pacientes cuyo único síntoma es un desmayo repentino.
Factores de riesgos
“Los principales factores de riesgo para el infarto agudo de miocardio se clasifican en:Factores no modificables (edad, sexo, antecedentes familiares, enfermedades o condiciones previas....) y factores modificables, que son objeto de actuaciones preventivas para reducir el riesgo de la enfermedad”. (Armando García-Castillo., 2006)
Los principales factores de riesgo para el infarto agudo de miocardio son: 
La edad: a medida que avanza la edad hay más probabilidades de desarrollar algún grado de enfermedad coronaria. 
El sexo: Los hombres tienen dos a tres veces más probabilidades de sufrir un infarto que las mujeres. 
Antecedentes familiares: Si una persona tiene un familiar de primer grado (padre, madre, hermano o hermana) con antecedentes de haber padecido enfermedades cardiacas, tales como angina de pecho o infarto, presenta el doble de probabilidades de desarrollar problemas similares que la población que no cumple estas características. 
El consumo de tabaco: parte de las toxinas que se encuentran en los cigarrillos, reducen el calibre de las arterias coronarias y las dañan. Esto hace a las personas que fuman más vulnerables a la enfermedad coronaria. En comparación con los no fumadores, las personas que fuman 20 ó más cigarrillos al día tienen un 60-90% más de probabilidad de desarrollar una enfermedad coronaria y sufrir un infarto.

Incluso pequeñas cantidades de tabaco pueden resultar nocivas. Un solo cigarrillo al día aumenta en un 30 % las probabilidades de desarrollar una enfermedad coronaria con respecto a quien no fuma. Además hay que tener en cuenta que los "fumadores pasivos" también se ven afectados por los efectos perjudiciales del tabaco.
Si aún no ha decidido dejar de fumar, no fume en locales o zonas cerradas como los coches, y mucho menos cuando haya niños en su entorno. 
Una dieta no saludable: con una dieta alta en grasas saturadas, los niveles de colesterol en la sangre aumentan y, como consecuencia, aumenta el riesgo de cardiopatía coronaria. Algunos alimentos, como el pescado azul y el aceite de oliva virgen, contribuyen a reducir los niveles de colesterol. 

El sedentarismo: La falta de actividad física está relacionada con un mayor riesgo de tener sobrepeso u obesidad e hipertensión y, como consecuencia, de sufrir una enfermedad coronaria.

La hipertensión arterial: La hipertensión arterial afecta a las arterias coronarias, haciéndolas más vulnerables a la enfermedad coronaria. Cuanto mayor sea la presión arterial, mayor es el riesgo de padecer enfermedad coronaria. 

La diabetes: El aumento de los niveles de glucosa en la sangre asociados con la diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 puede dañar las arterias coronarias. Se estima que las personas con diabetes tienen 2.5 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad coronaria que la población general. 
El sobrepeso/obesidad: La obesidad conduce a potenciar los factores de riesgo asociados a sufrir un infarto. En particular, las personas que tienen sobrepeso o son obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, tienden a tener niveles más altos de colesterol como resultado de una dieta alta en grasas y presentan un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. 

El consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede causar hipertensión y aumento de los niveles de colesterol en sangre, aumentando así el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria.  
Hay algunas causas que, aunque menos frecuentes, también se considera que pueden desencadenar un fallo cardiaco. Son las siguientes:


El consumo de drogas: la utilización de estimulantes del tipo cocaína, anfetaminas, crack y metanfetaminas puede, en ocasiones, provocar un infarto porque producen es el estrechamiento de las arterias coronarias. El consumo de cocaína se baraja como una de las causas más comunes de muerte súbita tras sufrir un infarto en personas jóvenes que no padecían una enfermedad cardiaca conocida con anterioridad.


Complicaciones

Arritmias: “Durante el infarto agudo de miocardio se puede producir prácticamente cualquier tipo de arritmia. La más importante es la fibrilación ventricular, que sucede en los primeros momentos del infarto y es mortal”. (S.L.U, 2015)

 Insuficiencia cardiaca y shock cardiogénico: cuando el infarto es extenso o tiene lugar sobre un sustrato miocárdico previamente dañado, puede dar lugar a insuficiencia cardiaca, lo que por regla general indica que se ha necrosado un 25 % del ventrículo izquierdo.

Complicaciones mecánicas:
La insuficiencia mitral: no es una complicación infrecuente. En sus casos más leves se debe a isquemia-hipoquinesia de un músculo papilar o del miocardio subyacente. El diagnóstico se basa en la auscultación de un soplo característico y en el ecocardiograma.

La comunicación interventricular: es una complicación muy grave, pero por fortuna infrecuente (1 %), y se debe a la rotura del tabique interventricular. Se puede auscultar un soplo típico y el ecocardiograma confirma el diagnóstico. Nuevamente la solución es quirúrgica, precedida de vasodilatadores I.V. y contra pulsación.

La rotura de la pared libre ventricular: es con frecuencia una complicación mortal, pero también rara (1 %). Cuando la salida de sangre a pericardio ocasiona un taponamiento a tensión, puede frenarse la hemorragia, pero el tratamiento requiere la cirugía urgente previo diagnóstico por eco.


El aneurisma ventricular: es una complicación que aparece de forma más tardía. Sucede cuando una amplia zona de miocardio no sólo no se contrae, sino que muestra un movimiento paradójico en sístole (se dilata). Se diagnostica por eco, y puede dar lugar a tromboembolismo, arritmias e insuficiencia cardiaca. El tratamiento, aunque no en todos los casos, es quirúrgico.
Pericarditis: la pericarditis post infarto es un fenómeno inflamatorio que no reviste gravedad, aunque en presencia de un tratamiento antitrombótico intenso puede convertirse en hemorrágica. Su importancia radica en el diagnóstico diferencial con un pre infarto, pues cursa con dolor y elevación del ST. Puede auscultarse un roce pericárdico, aunque suele ser fugaz. Se trata con antiinflamatorios.

Infarto de ventrículo derecho: aunque no es infrecuente (suele acompañar a infartos diafragmáticos), en la mayoría de los casos pasa desapercibido. Para su diagnóstico hay que registrar derivaciones electrocardiográficas en hemitórax derecho (derivaciones V3R y V4R). En los casos más severos puede originar bajo gasto acompañado de elevación de la presión venosa y campos pulmonares limpios. Suele recuperarse espontáneamente al cabo del tiempo, pero mientras el tratamiento consiste en la administración de líquidos i.v. para aprovechar el mecanismo de Frank-Starling y mantener un gasto derecho adecuado.

Medidas preventivas
“La actividad física reduce el riesgo de sufrir infartos de miocardio y accidentes vasculares porque”: (S.L.U, 2015)
·         Ayuda al cuerpo a quemar grasas y azúcares y a mantener el peso.
·         Reduce la tensión arterial.
·         Aumenta la concentración de oxígeno en el cuerpo.
·         Disminuye el estrés.
·         Fortalece el músculo cardíaco y los huesos.
·         Mejora la circulación sanguínea y el tono muscular.
   

 Como ejercicios recomendados le ofrecemos los siguientes:
·         Hacer bicicleta.
·         Nadar.
·         Pasear al aire libre.
    A la hora de realizar ejercicio, el paciente debe tener en cuenta que debe evitar los sobreesfuerzos y las temperaturas extremas.  
Para mantener una vida saludable, se deben tener en cuenta los siguientes consejos:
·         Realizar controles médicos periódicos.
·         No fumar.
·         Hacer ejercicio de forma regular.
·         Mantener un peso saludable.
·         Realizar una dieta saludable para el corazón: limitar alimentos con alto contenido en colesterol, consumir fibra y carbohidratos, y evitar o reducir las grasas saturadas y grasas trans.
·         Evitar el consumo de alcohol.
·         Reducir el estrés.

Tratamiento
“El objetivo principal del tratamiento es restaurar el flujo sanguíneo coronario y salvar la mayor cantidad posible de miocardio funcional”. (Sornoza Cano Guerra, 2012).
Trombolíticos
 “En nuestro medio, los agentes tromboliticos más utilizados son la estreptocinasa, la alteplasa y la tenecteplasa. Estos agentes están indicados en las primeras 12 horas de evolución de los síntomas, pero son especialmente eficaces si se administran precozmente en las primeras tres o cuatro horas de evolución del dolor torácico”. (Armando García-Castillo., 2006)


Morfina y sus derivados

“La morfina es el analgésico de elección, se pueden utilizar otros derivados como nalbufina y buprenorfina. La dosis estándar de morfina es 2 a 4 mg IV con incremento de 2 a 8 mg cada 5 a 15 minutos”. (Dr. Antonio Fernández-Ortiz, s.f.)

Su principal efecto es reducir la frecuencia cardíaca y en forma secundaria la demanda de oxígeno. Sus principales efectos colaterales son hipotensión y depresión del centro respiratorio, este efecto se revierte con naloxona 0.1 a 0.2 mg por vía endovenosa.


Nitratos

La nitroglicerina o el dinitrato de isosorbide tienen indicación en presencia de disfunción ventricular. No se recomiendan con tensión arterial sistólica< 90 mm Hg, bradicardia o taquicardia. El principal riesgo se observa en las siguientes 24 horas posteriores a su administración (48 horas para tadalafin).
La nitroglicerina (0.4 mg) y el dinitrato de isosorbide (5 mg) se utilizan comúnmente por vía sublingual.

Bloqueadores beta

Se deben administrar inmediatamente por vía oral u endovenosa en todo paciente con infarto agudo
Reposo absoluto las primeras 12 a 24 horas de acuerdo a su evolución clínica, en semifowler y sin vendaje de miembros inferiores, con registro continuo de ECG para detectar arritmias.

Antagonistas de Calcio

El verapamilo y dialtiazem se utilizan cuando están contraindicados los betabloqueantes.




Pruebas utilizadas en el diagnóstico del infarto

Electrocardiograma (ECG)
Es el medio diagnóstico más utilizado por los médicos del Centro de Salud y por el 112, es una prueba muy importante cuando se sospecha un infarto. Debe llevarse a cabo lo antes posible, y si no ha sido posible durante el traslado, debe hacerse en cuanto el paciente ingresa en el hospital.
El ECG refleja la actividad eléctrica del corazón. El corazón tiene zonas localizadas en las que se origina una pequeña corriente eléctrica que es la que genera los latidos cardiacos. Esta corriente se puede medir desde el exterior. El ECG registra estas señales sobre el papel o sobre una pantalla, lo que permite al médico ver cómo está funcionando el corazón. Estas ondas eléctricas sufren modificaciones en el ECG cuando se produce un infarto agudo de miocardio y, además, las imágenes serán distintas si se está produciendo un infarto o si éste se produjo hace tiempo.
La práctica de un ECG no produce ningún dolor y tarda en realizarse unos cinco minutos. Para detectar las señales eléctricas que produce el corazón se conectan unos cables con electrodos en forma, habitualmente, de pequeños discos planos, que se pegan en los brazos, en las piernas y en el pecho. Los cables de los electrodos están conectados a la máquina de ECG, que registra los impulsos eléctricos y que facilita una idea precisa de cómo está funcionando el corazón.
El ECG ayuda a confirmar el diagnóstico de un infarto cuando se sospecha por las características del dolor y ayuda a determinar cuál es la zona del corazón a la que está afectando y esto es de utilidad para establecer el tratamiento más eficaz.
Hay una serie de pruebas que se utilizan para valorar el estado del corazón y las posibles complicaciones que se han producido tras un infarto, pero algunas se realizan una vez que el tratamiento inicial se ha iniciado y la situación del paciente es estable.

Análisis de sangre
Cuando se produce un daño miocárdico comienzan a detectarse en la sangre una serie de enzimas que resultan de la destrucción del músculo cardiaco, por ello, ante una sospecha de un infarto se realiza un análisis de sangre para detectar la existencia de estas enzimas. Los niveles de la enzima van variando en función del momento de evolución, por eso se repiten análisis de sangre en diferentes momentos


Radiografía de tórax
Las radiografías de tórax se pueden utilizar para descartar la existencia de otras enfermedades que puedan manifestarse con una sintomatología similar al IAM, por ejemplo un neumotórax o para hacer el seguimiento de posibles complicaciones tras sufrir un infarto, como sería un edema pulmonar.


Ecografía cardíaca
Un ecocardiograma es una ecografía del corazón. Utiliza ultrasonidos y se utiliza para identificar cuáles son las zonas del corazón dañadas tras el infarto y cómo están afectadas las funciones del corazón.


Angiografía coronaria
La angiografía coronaria (lo que los pacientes suelen conocer como cateterismo cardiaco) ayuda a localizar la obstrucción o estrechamiento en las arterias coronarias. Se inserta un catéter (un tubo muy delgado) a través de uno de los vasos sanguíneos de la ingle o el brazo. El catéter se dirige hasta las arterias coronarias bajo control radiológico. Una vez que ha alcanzado las coronarias se inyecta contraste a través del catéter. Como el contraste es radiopaco, puede visualizarse radiológicamente su distribución a través de las arterias coronarias en tiempo real.
De esta forma la angiografía permite estudiar el recorrido del contraste y, por tanto, localizar cualquier zona arterial que sufra un estrechamiento o una oclusión completa sobre la que tenga que intervenir el cirujano cardiaco.
Durante la misma técnica se puede actuar directamente sobre esta obstrucción, realizando una angioplastia coronaria, con o sin colocación de stent, como se detallará posteriormente. El cateterismo se realiza con el paciente despierto si la situación clínica lo permite.

Consideraciones de enfermería ante I.A.M

“Es posible que en algún momento la enfermera clínica deba dar asistencia a un paciente con infarto agudo de miocardio. En la fase aguda el paciente es instalado en una unidad de cuidado intensivo (UCI) o en una unidad de cuidado coronario (UCC) para mantenerlo bajo monitorización continua durante un período variable, con el fín de valorar su evolución y prevenir la presencia de complicaciones”. (Claudia Ariza Olarte, s.f.)

Para esto la intervención de la enfermera cobra importancia; es así como la enfermera debe contar con los conocimientos y preparación suficientes para orientar en forma oportuna todos sus esfuerzos, no solamente hacia brindar el tratamiento específico a la persona con infarto, sino también hacia la prevención y detección temprana de sus complicaciones.
Los datos sobre los cuales se establece el diagnóstico médico son clínicos, electrocardiográficos y de laboratorio, herramientas en las que se basa la enfermera para realizar su intervención.
La Intervención de enfermería se presta al paciente y a su familia mediante elementos interactivos del proceso de enfermería: observación, diagnóstico de enfermería, planeación, intervención y evaluación.
La observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con la asistencia al dolor; debe valorar el tipo de dolor, localización, duración y causa que lo desencadena. El significado del dolor para el paciente y el resultado de la respuesta emocional son factores esenciales para que la enfermera lo asista. El miedo y la ansiedad producida por el dolor pueden aumentar el trabajo y la frecuencia cardíaca por estimulación simpática.
El examen físico revela información sobre la situación actual del paciente. Los datos obtenidos son correlacionados con los hallazgos clínicos y de laboratorio sobre los cuales se establece el plan de cuidado de enfermería.

Es importante que la enfermera valore minuciosamente la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la temperatura, ya que el paciente con infarto agudo del miocardio en la fase aguda presenta cambios muy específicos en relación con éste e igualmente la enfermera debe estar en capacidad de realizar su análisis e interpretación.
Respecto a los medios de diagnóstico que se emplean para confirmar la presencia del infarto están las enzimas cardíacas y el electrocardiograma, siendo su control y análisis responsabilidad de la enfermera.


Igualmente está el control de gases arteriales el cual permite evaluar la oxigenación y el balance ácido-básico, guiando el tratamiento y asegurando una oxigenación óptima.
Con base en los hallazgos y datos enunciados la enfermera identifica y define los problemas reales y/o potenciales que presenta el paciente con infarto agudo de miocardio en la fase aguda. Para cada uno planea actividades que conduzcan a su solución y de esta forma prevé que la atención proporcionada sea de calidad.
Los datos electrocardiográficos resultan importantes porque definen la presencia del IAM, permiten determinar su localización y valorar su extensión y evolución. De acuerdo con la magnitud creciente del daño metabólico de las fibras miocárdicas, se producen cambios en las imágenes electrocardiográficas denominadas isquemia, lesión y necrosis.
Las pruebas de laboratorio proporcionan información respecto a la presencia de leucocitosis; enzimas cardíacas, las cuales van aumentando paulatinamente; velocidad de sedimentación, la cual alcanza su punto máximo en la primera semana y proteína C reactiva que se presenta como índice de inflamación tisular y de necrosis en forma temprana
Los elementos mencionados son herramientas en las que se basa la enfermera para realizar su intervención.
La intervención de enfermería se presta al paciente y a su familia mediante elementos interactivos del proceso de enfermería: Observación, diagnóstico de enfermería, planeación, intervención y evaluación. Cada elemento contribuye a que la atención suministrada sea de calidad.
La observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con la asistencia al dolor; éste es el comienzo del proceso. La enfermera debe valorar el tipo de dolor en el tórax para diferenciarlo de otros que pueden ser de origen pleural, gástrico u otra disfunción. Generalmente es subesternal sobre la pared anterior del tórax, puede o no ser localizado.
Si se irradia generalmente lo hace a uno o ambos brazos, la mandíbula o el cuello. Su duración es la clave para diferenciar la causa, el dolor del IAM dura entre 30 minutos y usualmente 1 a 2 horas o más; usualmente es acompañado por sensación de gran ansiedad y una sensación subjetiva de disnea y/o síntomas vaso vagales como son diaforesis profusa, náuseas, vómito y diarrea.
Frecuentemente es descrito como una presión en el pecho, como una sensación desagradable. Es característico que no se alivie con el reposo o con el uso de vasodilatadores; generalmente requiere de administración de narcóticos. Así mismo aumenta con el esfuerzo. Con frecuencia hay presencia de diaforesis, así como de aprehensión y cambios en los signos vitales. También se caracteriza porque puede aparecer con algún esfuerzo físico, durante el sueño o en reposo.
El significado del dolor para el paciente y el resultado de la respuesta emocional son factores esenciales para que la enfermera lo asista. El miedo y la ansiedad producida por el dolor en el tórax, pueden aumentar el trabajo y la frecuencia cardíaca por estimulación simpática.
El examen físico revela información adicional acerca de la situación del paciente. Los datos obtenidos son correlacionados con los hallazgos clínicos y de laboratorio sobre los cuales se establece el plan de cuidándole enfermería.
Respecto a los signos vitales del paciente que ha sufrido un IAM presenta un leve aumento de la temperatura durante los 2 o 3 días siguientes en 1 o2 grados, ocasionada porque la necrosis procesa una respuesta inflamatoria. La frecuencia cardíaca aumenta como respuesta simpática: las arritmias cardíacas son frecuentes. La presión arterial disminuye durante el dolor produciendo sensación de debilidad; esta disminución puede ser severa y producir shock, por esta razón debe ser monitorizada iniciando con la PA propia del paciente como línea de base; ocasionalmente puede aumentar.
Los ruidos cardíacos deben ser valorados cuidadosamente. Cuando el IAM altera la calidad de contracción, disminuye el volumen latido hasta afectar el gasto cardíaco. Esto aumenta el volumen residual en el ventrículo y la presión de fin de lleno e interfiere con el llenado ventricular durante la diástole.
Esta interferencia produce la presenciade un 3er. Ruido, el cual se ausculta mejor en el área apical en posición supina o lateral izquierda. También es frecuente auscultar un 4º. Ruido, algunas veces durante el dolor agudo o en el esfuerzo; éste está asociado con la resistencia ventricular para el llenado durante la contracción auricular. Si hay compromiso de alguna válvula cardíaca o de su estructura de soporte, puede disfuncionar y ocurre un murmullo audible.

A los sonidos extras audibles durante la valoración se le debe evaluar localización, irradiación o no e intensidad.
La disminución del gasto cardíaco contribuye a la presencia de cambios en la valoración pulmonar; existe un aumento de la presión arterial pulmonar produciéndose un cambio del líquido extravascular hacia el alvéolo, el cual puede oírse a la auscultación como estertores en la inspiración.
Inicialmente se oyen en las bases pulmonares, pero si continúa el acúmulo de líquido, se pueden oír progresivamente en todo el campo pulmonar. También se produce un cambio al examen en la percusión de resonante a apagado
A nivel de la piel también el IAM produce cambios debido a la disminución en la oxigenación; el sistema nervioso simpático es estimulado produciéndose una vasoconstricción periférica para suplir los órganos vitales. La piel llega a ser pálida, húmeda y fría al tacto. El frío y la piel pegajosa indican disminución de la perfusión periférica. Estos cambios inicialmente se encuentran en mucosas y membranas.




Proceso de Atención de Enfermería (PAE)
Alteración del gasto cardíaco: disminuido R/C Disminución de la
Contractilidad miocárdica, la precarga y la postcarga.

Hallazgos:
Elevación de enzimas cardíacas, cambios electrocardiográficos, aumento de la FC, disminución de la PA, presencia de 3º. o 4º. ruido, dolor precordial, diaforesis, piel fría y pálida, presencia de arritmias, disminución del gasto urinario, pulsos periféricos disminuidos, vasoconstricción periférica.

Actividades:
·         Administrar O2 por cánula nasal 2 a 3 Lt/min durante las primeras
·         3 a 6 horas siempre y cuando sea un infarto sin complicaciones y dependiendo de las condiciones individuales de cada paciente.
·         Proporcionar reposo absoluto en cama durante las primeras 12horas si no hay presencia de complicaciones hemodinámicas.
·         Monitorizar electrocardiográficamente en forma permanente y valorar constantemente para detectar arrítmias.
·         Canalizar una vía venosa, preferiblemente central, haciendo control radiológico y colocando líquidos a goteo de mantenimiento.
·         Tomar ECG completo para determinar localización, extensión y evolución del infarto cada 8 horas durante las primeras 24 horas, cada 12 horas durante las siguientes 48 horas y luego cada 24 horas.
·         Tomar muestra para laboratorio: CH, glicemia, química cada 24 horas y enzimas cardíacas cada 8 horas, cada 12 horas y luego cada
·         24 horas. El control de Troponina se hace al ingreso del paciente y luego de 6 a 12 horas.
·         Controlar signos vitales cada media hora mientras se estabiliza y luego cada hora: PA, FC, FR, To.
·         Administrar antiarrítmico de acuerdo a la orden médica y evaluar la respuesta y la aparición de efectos secundarios. El antiarrítmico de elección es la Xilocaína; se debe utilizar únicamente ante la presencia de taquicardia y/o fibrilación ventricular. Su uso profiláctico en la actualidad no es utilizado.
·         Administrar otros medicamentos y valorar efectos secundarios de acuerdo a la orden médica como son: Beta-bloqueadores (su uso ha sido muy bien evaluado en IAM), vasodilatadores, antiagregantes plaquetario (actualmente se utiliza la combinación ASA-Clopedogrel ya que disminuye la presencia de trombosis aguda), anticoagulante (actualmente se utiliza la Enoxaparina como heparina de bajo peso molecular con ventajas en la enfermedad coronaria aguda), sulfato de magnesio y Inhibidores de la Enzima Convertidora (se ha comprobado que son útiles para evitar la remodelación ventricular, estabilización del endotelio y en pacientes con IAM sin hipotensión que presenten disfunción ventricular o falla cardíaca).
·         Controlar líquidos administrados y eliminados cada hora
·         Palpar y controlar pulsos periféricos cada 4 horas.
·         Realizar auscultación cardiopulmonar cada 2 horas.
·         Realizar monitoría hemodinámica cada 4 horas en caso de que se coloque un catéter de arteria pulmonar.

 

Intervención de enfermería antes de I.A.M

Valoración Inicial
·         Permeabilidad de las vías aéreas
·         Nivel de conciencia
·         Se proporcionara oxigenoterapia
·         Se valorara la frecuencia respiratoria
Se controlara
·         Frecuencia cardiaca
·         Presión Arterial
·         Reposo absoluto
Intervención de enfermería durante de I.A.M
·         Vigilancia continua del monitor del enfermo con el objetivo de detectar la aparición de arritmias ventriculares frecuentes en estos pacientes después de la reperfusión coronaria.
·         Estar atentos a la realización de los complementarios indicados (coagulograma, monograma, gasometría, enzimas, CPK, TGO y LDH).
Intervención de enfermería después de I.A.M
·         Detección de reacciones alérgicas a las sustancias trombo íticas utilizadas en el caso de la trombolisis a las sustancias de contraste en caso de angioplastia.
·         En los casos en que se administre por vía intra coronaría deberá vigilarse el sitio de punción de la artería, ya que el introductor arterial utilizado, a través del cual se pasan los catéteres se deja en sitio alrededor de 24 horas.
·         Avisar al médico cualquier alteración de los signos vitales, así como la aparición de dolor precordial.

 



Bibliografía


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