Según
el (Dr. Antonio Fernández-Ortiz, s.f.) “El infarto agudo de
miocardio, conocido también como ataque al corazón, es la necrosis o muerte de
una porción del musculo cardiaco que se produce cuando se obstruye
completamente el flujo sanguíneo en una de las arterias coronarias. Infarto
significa ‘necrosis por falta de riego sanguíneo con agudo se refiere a
‘subito’, con mio a ‘musculo’ y con cardio a ‘corazon’.”
Causas del infarto agudo de
miocardio
“La enfermedad que
subyace tras el infarto agudo de miocardio es, de forma casi invariable, la
arteriosclerosis avanzada de las arterias coronarias”. (Dr. Antonio Fernández-Ortiz, s.f.)
El
musculo cardiaco necesita constantemente de un abundante suministro de sangre
rica en oxígeno para llevar a cabo la tarea del bombeo de sangre, suministro
que le llega a traves de la red de arterias coronarias.
Si el
musculo cardiaco carece de oxígeno y nutrientes durante demasiado tiempo,
normalmente más de 20 minutos, el tejido de esa zona muere y no se regenera, desarrollándose
así un infarto agudo de miocardio. La formación del trombo que ocluye la luz de
las arterias coronarias suele ser independiente del grado de obstrucción que la
placa de ateroma haya provocado previamente en dicha luz. Esto explica por qué
muchos pacientes no presentan ningún síntoma antes de sufrir de forma aguda e
inesperada un ataque al corazón.
Las placas
de ateroma que no obstruyen de manera significativa la luz coronaria pueden
pasar durante anos inadvertidas, y la enfermedad arteriosclerótica puede no ser
reconocida hasta el momento brusco de la rotura de la placa y la oclusión
completa del vaso, con la subsiguiente aparición del infarto agudo de
miocardio. Además de la arteriosclerosis y la trombosis de las arterias
coronarias, otras causas de infarto agudo de miocardio son extraordinariamente
raras.
Forma de distinguir el infarto
agudo de miocardio de otros problemas torácicos graves
“El dolor del infarto permite en la mayoría de los casos
sospechar el diagnostico, pero a veces se puede confundir con otros procesos clínicos
que provocan también dolor torácico, algunos de los cuales pueden ser de
extrema gravedad”. (Dr. Antonio Fernández-Ortiz,
s.f.)
Problemas
digestivos, como el reflujo gastroesofágico, pueden ocasionar dolor torácico,
pero este suele ir acompañado de ardor o
quemazón, en ocasiones con regurgitación de alimentos o ácidos hasta la
garganta. Suele tratarse de molestias relacionadas con la ingesta y se alivian
al incorporarse con antiácidos.
El inicio del
cuadro puede producirse mientras la persona permanece en reposo, o incluso
mientras duerme, provocando su despertar. También podría aparecer, aunque es
menos frecuente, después de realizar un ejercicio, pero cuando este se
interrumpe no desaparece el dolor (a diferencia de la angina de pecho).
Signos y Síntomas
·
Dificultad para respirar.
·
Sudoración.
·
Palidez.
·
Mareos en el diez por ciento de los casos.
·
Otros: Pueden aparecer náuseas, vómitos y
desfallecimiento.
Es importante
destacar que una parte de los pacientes sufren el
infarto de manera sensación de falta de aire o ahogo, silenciosa; es
decir, que no presentan el cuadro anteriormente descrito y el diagnóstico se
establece de manera tardía al realizarles pruebas por cualquier otra razón. En
otras ocasiones, como ocurre en los ancianos y diabéticos, el dolor que aparece
no presenta las características típicas, retrasando muchas veces el diagnóstico
de infarto.
En algunas
personas, la primera manifestación del infarto es la
acompañándose o no de dolor torácico. Hay también un pequeño grupo de pacientes
cuyo único síntoma es un desmayo repentino.
Factores de riesgos
“Los
principales factores de riesgo para el infarto agudo de miocardio se clasifican
en:Factores no modificables (edad, sexo, antecedentes familiares, enfermedades
o condiciones previas....) y factores modificables, que son objeto de
actuaciones preventivas para reducir el riesgo de la enfermedad”. (Armando
García-Castillo., 2006)
Los
principales factores de riesgo para el infarto agudo de miocardio son:
La edad: a
medida que avanza la edad hay más probabilidades de desarrollar algún grado de
enfermedad coronaria.
El sexo: Los
hombres tienen dos a tres veces más probabilidades de sufrir un infarto que las
mujeres.
Antecedentes familiares: Si una persona tiene un
familiar de primer grado (padre, madre, hermano o hermana) con antecedentes de
haber padecido enfermedades cardiacas, tales como angina de pecho o infarto,
presenta el doble de probabilidades de desarrollar problemas similares que la
población que no cumple estas características.
El consumo de tabaco: parte de las toxinas que se
encuentran en los cigarrillos, reducen el calibre de las arterias coronarias y
las dañan. Esto hace a las personas que fuman más vulnerables a la enfermedad
coronaria. En comparación con los no fumadores, las personas que fuman 20 ó más
cigarrillos al día tienen un 60-90% más de probabilidad de desarrollar una
enfermedad coronaria y sufrir un infarto.
Incluso pequeñas cantidades de tabaco pueden resultar nocivas. Un solo
cigarrillo al día aumenta en un 30 % las probabilidades de desarrollar una
enfermedad coronaria con respecto a quien no fuma. Además hay que tener en
cuenta que los "fumadores pasivos" también se ven afectados por los
efectos perjudiciales del tabaco.
Si aún no ha decidido dejar de fumar, no fume en locales o zonas
cerradas como los coches, y mucho menos cuando haya niños en su entorno.
Una dieta no saludable: con
una dieta alta en grasas saturadas, los niveles de colesterol en la sangre
aumentan y, como consecuencia, aumenta el riesgo de cardiopatía coronaria.
Algunos alimentos, como el pescado azul y el aceite de oliva virgen,
contribuyen a reducir los niveles de colesterol.
El sedentarismo: La
falta de actividad física está relacionada con un mayor riesgo de tener
sobrepeso u obesidad e hipertensión y, como consecuencia, de sufrir una
enfermedad coronaria.
La hipertensión arterial: La
hipertensión arterial afecta a las arterias coronarias, haciéndolas más
vulnerables a la enfermedad coronaria. Cuanto mayor sea la presión arterial,
mayor es el riesgo de padecer enfermedad coronaria.
La diabetes: El
aumento de los niveles de glucosa en la sangre asociados con la diabetes tipo 1
y diabetes tipo 2 puede dañar las arterias coronarias. Se estima que las
personas con diabetes tienen 2.5 veces más probabilidades de desarrollar una
enfermedad coronaria que la población general.
El sobrepeso/obesidad: La
obesidad conduce a potenciar los factores de riesgo asociados a sufrir un
infarto. En particular, las personas que tienen sobrepeso o son obesas tienen
un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, tienden a tener niveles
más altos de colesterol como resultado de una dieta alta en grasas y presentan
un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
El consumo de alcohol: El
consumo excesivo de alcohol puede causar hipertensión y aumento de los niveles
de colesterol en sangre, aumentando así el riesgo de desarrollar una enfermedad
coronaria.
Hay algunas causas que, aunque menos frecuentes,
también se considera que pueden desencadenar un fallo cardiaco. Son las
siguientes:
El consumo de drogas: la
utilización de estimulantes del tipo cocaína, anfetaminas, crack y
metanfetaminas puede, en ocasiones, provocar un infarto porque producen es el
estrechamiento de las arterias coronarias. El consumo de cocaína se baraja como
una de las causas más comunes de muerte súbita tras sufrir un infarto en
personas jóvenes que no padecían una enfermedad cardiaca conocida con
anterioridad.
Complicaciones
Arritmias: “Durante
el infarto agudo de miocardio se
puede producir prácticamente cualquier tipo de arritmia. La más importante es
la fibrilación
ventricular, que sucede en los primeros momentos del infarto y
es mortal”. (S.L.U, 2015)
Insuficiencia cardiaca y shock cardiogénico: cuando
el infarto es extenso o tiene lugar sobre un sustrato miocárdico previamente dañado, puede dar lugar a insuficiencia cardiaca, lo que
por regla general indica que se ha necrosado un 25 % del ventrículo izquierdo.
Complicaciones mecánicas:
La insuficiencia
mitral: no es una complicación infrecuente. En sus casos
más leves se debe a isquemia-hipoquinesia
de un músculo papilar o del miocardio subyacente. El diagnóstico se basa
en la auscultación de un soplo característico y en el ecocardiograma.
La comunicación
interventricular: es una complicación muy grave, pero por
fortuna infrecuente (1 %), y se debe a la rotura del tabique interventricular. Se puede auscultar un soplo
típico y el ecocardiograma
confirma el diagnóstico. Nuevamente la solución es quirúrgica, precedida
de vasodilatadores I.V. y contra pulsación.
La rotura
de la pared libre ventricular: es con frecuencia una complicación
mortal, pero también rara (1 %). Cuando la salida de sangre a pericardio
ocasiona un taponamiento a tensión, puede frenarse la hemorragia, pero el
tratamiento requiere la cirugía urgente previo diagnóstico por eco.
El aneurisma
ventricular: es una complicación que aparece de forma más
tardía. Sucede cuando una amplia zona de miocardio no sólo no se contrae, sino
que muestra un movimiento paradójico en sístole (se dilata). Se diagnostica por
eco, y puede dar lugar a tromboembolismo,
arritmias e insuficiencia cardiaca. El tratamiento, aunque no en todos
los casos, es quirúrgico.
Pericarditis: la
pericarditis post infarto es un fenómeno
inflamatorio que no reviste gravedad, aunque en presencia de un
tratamiento antitrombótico intenso puede convertirse en hemorrágica. Su
importancia radica en el diagnóstico diferencial con un pre infarto, pues cursa
con dolor y elevación del ST. Puede auscultarse un roce pericárdico, aunque
suele ser fugaz. Se trata con antiinflamatorios.
Infarto de ventrículo derecho: aunque
no es infrecuente (suele acompañar a infartos diafragmáticos), en la mayoría de
los casos pasa desapercibido. Para su diagnóstico hay que registrar derivaciones electrocardiográficas en hemitórax derecho (derivaciones V3R
y V4R). En los casos más severos puede originar bajo gasto acompañado de
elevación de la presión venosa y campos pulmonares limpios. Suele recuperarse
espontáneamente al cabo del tiempo, pero mientras el tratamiento consiste en la
administración de líquidos i.v. para aprovechar el mecanismo
de Frank-Starling y mantener un gasto derecho adecuado.
Medidas preventivas
“La actividad física reduce el riesgo de sufrir infartos de
miocardio y accidentes vasculares porque”: (S.L.U, 2015)
·
Ayuda al cuerpo a
quemar grasas y azúcares y a mantener el peso.
·
Reduce la tensión
arterial.
·
Aumenta la
concentración de oxígeno en el cuerpo.
·
Disminuye el estrés.
·
Fortalece el músculo
cardíaco y los huesos.
·
Mejora la circulación
sanguínea y el tono muscular.
Como ejercicios
recomendados le ofrecemos los siguientes:
·
Hacer bicicleta.
·
Nadar.
·
Pasear al aire libre.
A la hora de realizar ejercicio, el
paciente debe tener en cuenta que debe evitar los sobreesfuerzos y las
temperaturas extremas.
Para mantener una vida saludable, se deben tener en cuenta
los siguientes consejos:
·
Realizar controles
médicos periódicos.
·
No fumar.
·
Hacer ejercicio de
forma regular.
·
Mantener un peso
saludable.
·
Realizar una dieta
saludable para el corazón: limitar alimentos con alto contenido en colesterol,
consumir fibra y carbohidratos, y evitar o reducir las grasas saturadas y
grasas trans.
·
Evitar el consumo de
alcohol.
·
Reducir el estrés.
Tratamiento
“El objetivo principal del tratamiento es restaurar el
flujo sanguíneo coronario y salvar la mayor cantidad posible de miocardio
funcional”. (Sornoza Cano Guerra, 2012).
Trombolíticos
“En nuestro medio, los agentes tromboliticos más
utilizados son la estreptocinasa, la alteplasa y la tenecteplasa. Estos agentes
están indicados en las primeras 12 horas de evolución de los síntomas, pero son
especialmente eficaces si se administran precozmente en las primeras tres o
cuatro horas de evolución del dolor torácico”. (Armando García-Castillo., 2006)
Morfina y sus derivados
“La morfina es el analgésico de elección, se pueden utilizar
otros derivados como nalbufina y buprenorfina. La dosis estándar de morfina es
2 a 4 mg IV con incremento de 2 a 8 mg cada 5 a 15 minutos”. (Dr. Antonio Fernández-Ortiz, s.f.)
Su principal efecto es reducir la
frecuencia cardíaca y en forma secundaria la demanda de oxígeno. Sus principales
efectos colaterales son hipotensión y depresión del centro respiratorio, este
efecto se revierte con naloxona 0.1 a 0.2 mg por vía endovenosa.
Nitratos
La nitroglicerina o el dinitrato de isosorbide tienen indicación
en presencia de disfunción ventricular. No se recomiendan con tensión arterial
sistólica< 90 mm Hg, bradicardia o taquicardia. El principal riesgo se observa
en las siguientes 24 horas posteriores a su administración (48 horas para
tadalafin).
La nitroglicerina (0.4 mg) y el dinitrato de isosorbide (5 mg)
se utilizan comúnmente por vía sublingual.
Bloqueadores beta
Se deben administrar inmediatamente por vía oral u endovenosa en
todo paciente con infarto agudo
Reposo absoluto las primeras 12 a 24 horas de acuerdo a su
evolución clínica, en semifowler y sin vendaje de miembros inferiores, con
registro continuo de ECG para detectar arritmias.
Antagonistas de Calcio
El verapamilo y dialtiazem se utilizan cuando están
contraindicados los betabloqueantes.
Pruebas utilizadas en el diagnóstico del infarto
Electrocardiograma
(ECG)
Es
el medio diagnóstico más utilizado por los médicos del Centro de Salud y por el
112, es una prueba muy importante cuando se sospecha un infarto. Debe llevarse
a cabo lo antes posible, y si no ha sido posible durante el traslado, debe
hacerse en cuanto el paciente ingresa en el hospital.
El ECG refleja la actividad eléctrica del corazón.
El corazón tiene zonas localizadas en las que se origina una pequeña corriente
eléctrica que es la que genera los latidos cardiacos. Esta corriente se puede
medir desde el exterior. El ECG registra estas señales sobre el papel o sobre
una pantalla, lo que permite al médico ver cómo está funcionando el corazón.
Estas ondas eléctricas sufren modificaciones en el ECG cuando se produce un
infarto agudo de miocardio y, además, las imágenes serán distintas si se está
produciendo un infarto o si éste se produjo hace tiempo.
La práctica de un ECG no produce ningún dolor y
tarda en realizarse unos cinco minutos. Para detectar las señales eléctricas
que produce el corazón se conectan unos cables con electrodos en forma,
habitualmente, de pequeños discos planos, que se pegan en los brazos, en las
piernas y en el pecho. Los cables de los electrodos están conectados a la
máquina de ECG, que registra los impulsos eléctricos y que facilita una idea
precisa de cómo está funcionando el corazón.
El ECG ayuda a confirmar el diagnóstico de un infarto
cuando se sospecha por las características del dolor y ayuda a determinar cuál
es la zona del corazón a la que está afectando y esto es de utilidad para
establecer el tratamiento más eficaz.
Hay una serie de pruebas que se utilizan para
valorar el estado del corazón y las posibles complicaciones que se han
producido tras un infarto, pero algunas se realizan una vez que el tratamiento
inicial se ha iniciado y la situación del paciente es estable.
Análisis de sangre
Cuando
se produce un daño miocárdico comienzan a detectarse en la sangre una serie de
enzimas que resultan de la destrucción del músculo cardiaco, por ello, ante una
sospecha de un infarto se realiza un análisis de sangre para detectar la
existencia de estas enzimas. Los niveles de la enzima van variando en función
del momento de evolución, por eso se repiten análisis de sangre en diferentes
momentos
Radiografía de tórax
Las radiografías de
tórax se pueden utilizar para descartar la existencia de otras enfermedades que
puedan manifestarse con una sintomatología similar al IAM, por ejemplo un
neumotórax o para hacer el seguimiento de posibles complicaciones tras sufrir
un infarto, como sería un edema pulmonar.
Ecografía cardíaca
Un
ecocardiograma es una ecografía del corazón. Utiliza ultrasonidos y se utiliza
para identificar cuáles son las zonas del corazón dañadas tras el infarto y
cómo están afectadas las funciones del corazón.
Angiografía coronaria
La
angiografía coronaria (lo que los pacientes suelen conocer como cateterismo
cardiaco) ayuda a localizar la obstrucción o estrechamiento en las arterias
coronarias. Se inserta un catéter (un tubo muy delgado) a través de uno de los
vasos sanguíneos de la ingle o el brazo. El catéter se dirige hasta las
arterias coronarias bajo control radiológico. Una vez que ha alcanzado las
coronarias se inyecta contraste a través del catéter. Como el contraste es
radiopaco, puede visualizarse radiológicamente su distribución a través de las
arterias coronarias en tiempo real.
De esta forma la angiografía permite estudiar el
recorrido del contraste y, por tanto, localizar cualquier zona arterial que
sufra un estrechamiento o una oclusión completa sobre la que tenga que
intervenir el cirujano cardiaco.
Durante la misma técnica se puede actuar
directamente sobre esta obstrucción, realizando una angioplastia coronaria, con
o sin colocación de stent, como se detallará posteriormente. El cateterismo se
realiza con el paciente despierto si la situación clínica lo permite.
Consideraciones de
enfermería ante I.A.M
“Es
posible que en algún momento la enfermera clínica deba dar asistencia a un
paciente con infarto agudo de miocardio. En la fase aguda el paciente es
instalado en una unidad de cuidado intensivo (UCI) o en una unidad de cuidado
coronario (UCC) para mantenerlo bajo monitorización continua durante un período
variable, con el fín de valorar su evolución y prevenir la presencia de
complicaciones”. (Claudia Ariza Olarte, s.f.)
Para
esto la intervención de la enfermera cobra importancia; es así como la
enfermera debe contar con los conocimientos y preparación suficientes para
orientar en forma oportuna todos sus esfuerzos, no solamente hacia brindar el
tratamiento específico a la persona con infarto, sino también hacia la
prevención y detección temprana de sus complicaciones.
Los
datos sobre los cuales se establece el diagnóstico médico son clínicos,
electrocardiográficos y de laboratorio, herramientas en las que se basa la
enfermera para realizar su intervención.
La
Intervención de enfermería se presta al paciente y a su familia mediante
elementos interactivos del proceso de enfermería: observación, diagnóstico de
enfermería, planeación, intervención y evaluación.
La
observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con la
asistencia al dolor; debe valorar el tipo de dolor, localización, duración y
causa que lo desencadena. El significado del dolor para el paciente y el
resultado de la respuesta emocional son factores esenciales para que la
enfermera lo asista. El miedo y la ansiedad producida por el dolor pueden
aumentar el trabajo y la frecuencia cardíaca por estimulación simpática.
El examen físico revela
información sobre la situación actual del paciente. Los datos obtenidos son
correlacionados con los hallazgos clínicos y de laboratorio sobre los cuales se
establece el plan de cuidado de enfermería.
Es importante que la
enfermera valore minuciosamente la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la
frecuencia respiratoria y la temperatura, ya que el paciente con infarto agudo
del miocardio en la fase aguda presenta cambios muy específicos en relación con
éste e igualmente la enfermera debe estar en capacidad de realizar su análisis
e interpretación.
Respecto
a los medios de diagnóstico que se emplean para confirmar la presencia del
infarto están las enzimas cardíacas y el electrocardiograma, siendo su control
y análisis responsabilidad de la enfermera.
Igualmente
está el control de gases arteriales el cual permite evaluar la oxigenación y el
balance ácido-básico, guiando el tratamiento y asegurando una oxigenación
óptima.
Con
base en los hallazgos y datos enunciados la enfermera identifica y define los
problemas reales y/o potenciales que presenta el paciente con infarto agudo de
miocardio en la fase aguda. Para cada uno planea actividades que conduzcan a su
solución y de esta forma prevé que la atención proporcionada sea de calidad.
Los
datos electrocardiográficos resultan importantes porque definen la presencia
del IAM, permiten determinar su localización y valorar su extensión y
evolución. De acuerdo con la magnitud creciente del daño metabólico de las
fibras miocárdicas, se producen cambios en las imágenes electrocardiográficas
denominadas isquemia, lesión y necrosis.
Las
pruebas de laboratorio proporcionan información respecto a la presencia de
leucocitosis; enzimas cardíacas, las cuales van aumentando paulatinamente;
velocidad de sedimentación, la cual alcanza su punto máximo en la primera
semana y proteína C reactiva que se presenta como índice de inflamación tisular
y de necrosis en forma temprana
Los
elementos mencionados son herramientas en las que se basa la enfermera para
realizar su intervención.
La
intervención de enfermería se presta al paciente y a su familia mediante
elementos interactivos del proceso de enfermería: Observación, diagnóstico de
enfermería, planeación, intervención y evaluación. Cada elemento contribuye a
que la atención suministrada sea de calidad.
La
observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con la
asistencia al dolor; éste es el comienzo del proceso. La enfermera debe valorar
el tipo de dolor en el tórax para diferenciarlo de otros que pueden ser de
origen pleural, gástrico u otra disfunción. Generalmente es subesternal sobre
la pared anterior del tórax, puede o no ser localizado.
Si
se irradia generalmente lo hace a uno o ambos brazos, la mandíbula o el cuello.
Su duración es la clave para diferenciar la causa, el dolor del IAM dura entre
30 minutos y usualmente 1 a 2 horas o más; usualmente es acompañado por
sensación de gran ansiedad y una sensación subjetiva de disnea y/o síntomas vaso
vagales como son diaforesis profusa, náuseas, vómito y diarrea.
Frecuentemente
es descrito como una presión en el pecho, como una sensación desagradable. Es
característico que no se alivie con el reposo o con el uso de vasodilatadores;
generalmente requiere de administración de narcóticos. Así mismo aumenta con el
esfuerzo. Con frecuencia hay presencia de diaforesis, así como de aprehensión y
cambios en los signos vitales. También se caracteriza porque puede aparecer con
algún esfuerzo físico, durante el sueño o en reposo.
El
significado del dolor para el paciente y el resultado de la respuesta emocional
son factores esenciales para que la enfermera lo asista. El miedo y la ansiedad
producida por el dolor en el tórax, pueden aumentar el trabajo y la frecuencia
cardíaca por estimulación simpática.
El
examen físico revela información adicional acerca de la situación del paciente.
Los datos obtenidos son correlacionados con los hallazgos clínicos y de
laboratorio sobre los cuales se establece el plan de cuidándole enfermería.
Respecto
a los signos vitales del paciente que ha sufrido un IAM presenta un leve
aumento de la temperatura durante los 2 o 3 días siguientes en 1 o2 grados,
ocasionada porque la necrosis procesa una respuesta inflamatoria. La frecuencia
cardíaca aumenta como respuesta simpática: las arritmias cardíacas son
frecuentes. La presión arterial disminuye durante el dolor produciendo
sensación de debilidad; esta disminución puede ser severa y producir shock, por
esta razón debe ser monitorizada iniciando con la PA propia del paciente como
línea de base; ocasionalmente puede aumentar.
Los
ruidos cardíacos deben ser valorados cuidadosamente. Cuando el IAM altera la
calidad de contracción, disminuye el volumen latido hasta afectar el gasto
cardíaco. Esto aumenta el volumen residual en el ventrículo y la presión de fin
de lleno e interfiere con el llenado ventricular durante la diástole.
Esta
interferencia produce la presenciade un 3er. Ruido, el cual se ausculta mejor
en el área apical en posición supina o lateral izquierda. También es frecuente
auscultar un 4º. Ruido, algunas veces durante el dolor agudo o en el esfuerzo;
éste está asociado con la resistencia ventricular para el llenado durante la
contracción auricular. Si hay compromiso de alguna válvula cardíaca o de su
estructura de soporte, puede disfuncionar y ocurre un murmullo audible.
A
los sonidos extras audibles durante la valoración se le debe evaluar
localización, irradiación o no e intensidad.
La
disminución del gasto cardíaco contribuye a la presencia de cambios en la
valoración pulmonar; existe un aumento de la presión arterial pulmonar
produciéndose un cambio del líquido extravascular hacia el alvéolo, el cual
puede oírse a la auscultación como estertores en la inspiración.
Inicialmente
se oyen en las bases pulmonares, pero si continúa el acúmulo de líquido, se
pueden oír progresivamente en todo el campo pulmonar. También se produce un
cambio al examen en la percusión de resonante a apagado
A
nivel de la piel también el IAM produce cambios debido a la disminución en la
oxigenación; el sistema nervioso simpático es estimulado produciéndose una
vasoconstricción periférica para suplir los órganos vitales. La piel llega a
ser pálida, húmeda y fría al tacto. El frío y la piel pegajosa indican
disminución de la perfusión periférica. Estos cambios inicialmente se
encuentran en mucosas y membranas.
Proceso de
Atención de Enfermería (PAE)
Alteración
del gasto cardíaco: disminuido R/C Disminución de la
Contractilidad
miocárdica, la precarga y la postcarga.
Hallazgos:
Elevación
de enzimas cardíacas, cambios electrocardiográficos, aumento de la FC,
disminución de la PA, presencia de 3º. o 4º. ruido, dolor precordial,
diaforesis, piel fría y pálida, presencia de arritmias, disminución del gasto
urinario, pulsos periféricos disminuidos, vasoconstricción periférica.
Actividades:
·
Administrar O2 por cánula nasal 2 a 3
Lt/min durante las primeras
·
3 a 6 horas siempre y cuando sea un
infarto sin complicaciones y dependiendo de las condiciones individuales de
cada paciente.
·
Proporcionar reposo absoluto en cama
durante las primeras 12horas si no hay presencia de complicaciones
hemodinámicas.
·
Monitorizar electrocardiográficamente en
forma permanente y valorar constantemente para detectar arrítmias.
·
Canalizar una vía venosa, preferiblemente
central, haciendo control radiológico y colocando líquidos a goteo de
mantenimiento.
·
Tomar ECG completo para determinar
localización, extensión y evolución del infarto cada 8 horas durante las
primeras 24 horas, cada 12 horas durante las siguientes 48 horas y luego cada
24 horas.
·
Tomar muestra para laboratorio: CH,
glicemia, química cada 24 horas y enzimas cardíacas cada 8 horas, cada 12 horas
y luego cada
·
24 horas. El control de Troponina se
hace al ingreso del paciente y luego de 6 a 12 horas.
·
Controlar signos vitales cada media hora
mientras se estabiliza y luego cada hora: PA, FC, FR, To.
·
Administrar antiarrítmico de acuerdo a
la orden médica y evaluar la respuesta y la aparición de efectos secundarios.
El antiarrítmico de elección es la Xilocaína; se debe utilizar únicamente ante
la presencia de taquicardia y/o fibrilación ventricular. Su uso profiláctico en
la actualidad no es utilizado.
·
Administrar otros medicamentos y valorar
efectos secundarios de acuerdo a la orden médica como son: Beta-bloqueadores
(su uso ha sido muy bien evaluado en IAM), vasodilatadores, antiagregantes
plaquetario (actualmente se utiliza la combinación ASA-Clopedogrel ya que
disminuye la presencia de trombosis aguda), anticoagulante (actualmente se
utiliza la Enoxaparina como heparina de bajo peso molecular con ventajas en la
enfermedad coronaria aguda), sulfato de magnesio y Inhibidores de la Enzima
Convertidora (se ha comprobado que son útiles para evitar la remodelación
ventricular, estabilización del endotelio y en pacientes con IAM sin
hipotensión que presenten disfunción ventricular o falla cardíaca).
·
Controlar líquidos administrados y
eliminados cada hora
·
Palpar y controlar pulsos periféricos
cada 4 horas.
·
Realizar auscultación cardiopulmonar
cada 2 horas.
·
Realizar monitoría hemodinámica cada 4
horas en caso de que se coloque un catéter de arteria pulmonar.
Intervención
de enfermería antes de I.A.M
Valoración Inicial
·
Permeabilidad de las vías
aéreas
·
Nivel de conciencia
·
Se proporcionara oxigenoterapia
·
Se valorara la frecuencia
respiratoria
Se controlara
·
Frecuencia cardiaca
·
Presión Arterial
·
Reposo absoluto
Intervención de enfermería durante de I.A.M
·
Vigilancia continua del monitor del enfermo con el objetivo de
detectar la aparición de arritmias ventriculares frecuentes en estos pacientes
después de la reperfusión coronaria.
·
Estar atentos a la realización de los complementarios indicados
(coagulograma, monograma, gasometría, enzimas, CPK, TGO y LDH).
Intervención de enfermería después de I.A.M
·
Detección de reacciones alérgicas a las sustancias trombo íticas utilizadas
en el caso de la trombolisis a las sustancias de contraste en caso de
angioplastia.
·
En los casos en que se administre por vía intra coronaría deberá vigilarse
el sitio de punción de la artería, ya que el introductor arterial utilizado, a
través del cual se pasan los catéteres se deja en sitio alrededor de 24 horas.
·
Avisar al médico cualquier alteración de los signos vitales, así como la
aparición de dolor precordial.
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Sornoza
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Panamericana. Recuperado el 07 de 11 de 2015
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