ALZAHEIMER
La enfermedad de
Alzheimer es la forma más común de demencia entre
las personas mayores. La demencia es un trastorno cerebral que afecta
gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades
diarias.
Con
el tiempo, los síntomas del Alzheimer empeoran. Las personas pueden no
reconocer a sus familiares. Pueden tener dificultades para hablar, leer o
escribir. Pueden olvidar cómo realizar su vida diaria. Más adelante, pueden
volverse ansiosos o agresivos o deambular lejos de su casa. Finalmente,
necesitan cuidados totales. Esto puede ser muy estresante para los familiares
que deben encargarse de sus cuidados. Ningún
tratamiento puede detener la enfermedad. Sin embargo, algunos fármacos pueden
ayudar a impedir por un tiempo limitado que los síntomas empeoren.
Epidemiologia
La Enfermedad de
Alzheimer es la forma más común de demencia progresiva, que afecta al 5-10% de
la población por encima de los 65 años (Knopman DS et al, 2001), con una
prevalencia que se incrementa de forma exponencial con la edad. Además de la
edad, como factor de susceptibilidad, una historia familiar de demencia se
considera un factor de riesgo definitivo en el desarrollo de la enfermedad. Según
los últimos datos epidemiológicos, la EA constituye en torno al 42-81% [grupo
EURODEM (Launer LJ et al, 1999), 53,7%, prevalencia 4,4%] de todas las demencias,
dos terceras partes del total, aproximadamente. Sin embargo, la prevalencia
depende, en gran medida, de los criterios diagnósticos empleados en la
selección de los enfermos (DSM-III; DSM-IV; NINCDS/ADRDA; CAMDEX), la edad de
la población objeto de estudio, así como factores geográficos y étnicos. De
esta forma el porcentaje estimado para una edad poblacional de 65 a 69 años (en
torno al 1%), se incrementaría de manera exponencial a un 40-50% para una edad
de 95 años (Nussbaum RL et al 2003).
En conclusión, el
incremento de las tasas en los últimos 20 años es debido a la contribución de
una serie de factores como son, en primer lugar, el progresivo envejecimiento
de la población, que supone un mayor porcentaje de personas en edad de riesgo y
en segundo lugar, la mejora de las condiciones socioeconómicas, los avances en
el tratamiento médico y la mayor supervivencia después del inicio de la
enfermedad.
En el meta-análisis
efectuado por Jorm (Jorm AF et al, 1998) con datos de 23 estudios publicados
entre 1966 y 1997, se observó un incremento exponencial del número de casos
hasta la edad de 90, a partir de la cual no se pueden extraer conclusiones dado
el escaso número de estudios efectuados.
Signos
y síntomas
Muchas personas
experimentan olvidos o retrasos leves de memoria, que son parte del proceso
normal de envejecimiento. Todos tenemos dificultad ocasional para recordar una
palabra o el nombre de alguien. Sin embargo, una persona con la enfermedad de
Alzheimer u otros tipos de demencia, encontrará estos síntomas cada vez más
frecuentes y graves.
Por ejemplo, cualquiera
de nosotros podría olvidar donde colocamos nuestras llaves del vehículo. Una
persona con la enfermedad de Alzheimer puede colocar las llaves en un lugar inusual,
como el refrigerador. O, él o ella no pueden recordar para que se usan las
llaves. Los signos que pueden indicar la enfermedad de Alzheimer pueden
incluir:
Cambios en la personalidad
Deterioro en la capacidad de movimiento o al
caminar
Dificultad para comunicarse
Bajo nivel de energía
Pérdida de memoria
Cambios de estado de ánimo
Problemas de atención y orientación
Incapacidad de resolver operaciones
aritméticas sencillas
Factores
de riesgo
Aun cuando los
científicos saben que la enfermedad de Alzheimer implica una falla progresiva
de las células cerebrales, todavía no se sabe por qué sucede esta enfermedad.
Sin embargo, se han podido identificar ciertos factores de riesgo que aumentan
las posibilidades de desarrollar Alzheimer.
Edad
El factor de riesgo más
alto para Alzheimer es la edad avanzada. Uno de cada nueve personas mayores de
65 años tiene Alzheimer. Casi un tercio de la gente mayor de 85 años tiene la
enfermedad.
Otro factor es la
historia familiar. La investigación científica ha comprobado que aquellas
personas que tienen un padre, hermano o hermana con Alzheimer tienen dos o tres
veces más posibilidades de desarrollar la enfermedad. El riesgo aumenta
conforme más miembros de la familia tienen la enfermedad.
Los científicos han
identificado un gen que aumenta el riesgo de Alzheimer pero esto no garantiza
que la persona va a desarrollar la enfermedad. La investigación científica
también ha revelado que algunos genes no muy comunes casi garantizan el que una
persona desarrolle Alzheimer. Estos genes han sido encontrados en unos pocos
cientos de familias extensas alrededor del mundo y sólo son responsables por
menos de 1 por ciento de todos los casos de Alzheimer.
Complicaciones
Las
complicaciones de la enfermedad de Alzheimer, por lo general, son el resultado
de los cambios que ocurren en el cerebro a medida que la enfermedad avanza.
Estos cambios pueden provocar otros problemas de salud, entre los que se
incluyen:
Depresión.
La depresión es común en las personas que tienen enfermedad de Alzheimer.
Muchas personas se deprimen cuando reconocen que sus recuerdos y capacidades de
funcionar están empeorando. Es difícil determinar si una persona que tiene
Alzheimer está deprimida. Muchos de los síntomas de la depresión son muy
similares a los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, entre los que se
incluyen el abandono de las actividades cotidianas, los cambios en el estado de
ánimo y los problemas para dormir.
Desnutrición
o deshidratación. Es posible que las personas que tienen
enfermedad de Alzheimer no ingieran los alimentos o el agua suficiente porque
rechazan los alimentos cuando están confundidas o alteradas; porque no
reconocen ni son capaces de comunicar que tienen hambre o sed; o porque les
resulta difícil tragar. Es importante estar atento a los signos de desnutrición.
Neumonía
u otras infecciones. Es posible que la enfermedad de
Alzheimer provoque una pérdida del control de determinadas funciones
corporales, como tragar o controlar la vejiga. Los problemas para tragar podrían
provocar que la persona, accidentalmente, inhale alimentos o bebidas. Esto
puede provocar neumonía. Si la persona tiene problemas para controlar la
vejiga, podría necesitar una sonda urinaria. Una sonda es un tubo que se coloca
en la vejiga para drenar y recolectar la orina. Tener una sonda aumenta el
riesgo de tener infecciones en el tracto urinario y de tener otras infecciones
graves.
Tratamiento para el Alzheimer
Varios medicamentos de receta están actualmente aprobados por la
Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus
siglas en inglés) para tratar a las personas que han sido diagnosticadas con la
enfermedad de Alzheimer. El tratamiento de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer puede brindar a los
pacientes bienestar, dignidad e independencia durante un período más largo de
tiempo y también puede alentar y ayudar a las personas encargadas de
atenderlos.
Es importante entender que ninguno de estos medicamentos detiene la
enfermedad misma.
NOMBRE DEL MEDICAMENTO
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TIPO DE MEDICAMENTO Y USO
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EFECTOS SECUNDARIOS COMÚNES
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Aricept®
(donepezilo)
Previene la descomposición de la acetilcolina en el
cerebro.
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Inhibidor de colinesterasa recetado para el tratamiento
de los síntomas de grado leve, moderado, y severo de la enfermedad de Alzheimer.
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Náusea, vómitos, diarrea, calambres musculares, fatiga,
pérdida de peso.
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Exelon®
(rivastigmina)
Previene la descomposición de la acetilcolina en el
cerebro y de la butirilcolina (un compuesto químico del cerebro similar a la
acetilcolina).
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Inhibidor de colinesterasa recetado para el tratamiento
de los síntomas de grado leve a moderado de la enfermedad de Alzheimer. (El
parche también es para casos de grado severo).
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Náusea, vómitos, diarrea, pérdida de peso, reducción de
apetito, debilidad muscular.
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Namenda®
(memantina)
Bloquea los efectos tóxicos asociados con el exceso de
glutamato y regula la activación del glutamato.
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Antagonista del N-metil D-aspartato (NMDA) recetado
para el tratamiento de los síntomas de grado moderado a severo de la enfermedad
de Alzheimer.
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Mareo, dolor de cabeza, diarrea, estreñimiento,
confusión.
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Namzaric®
(memantina acción prolongada y donepezilo)
Bloquea los efectos tóxicos asociados con el exceso de
glutamato y previene la descomposición de acetilcolina en el cerebro.
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NMDA antagonista e inhibidor de colinesterasa recetado
para el tratamiento de los síntomas de grado moderado a severo de la
enfermedad de Alzheimer.
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Dolor de cabeza, nausea, vómitos, diarrea, mareo,
reducción de apetito.
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Razadyne®
(galantamina)
Previene la descomposición de la acetilcolina y
estimula la liberación de niveles más altos de acetilcolina en el cerebro por
los receptores nicotínicos.
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Inhibidor de colinesterasa recetado para el tratamiento
de los síntomas de grado leve a moderado de la enfermedad de Alzheimer.
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Náusea, vómitos, diarrea, pérdida de peso, reducción de
apetito.
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